Es un recurso que tiene el fin de proporcionar al menor una atención familiar durante un determinado tiempo, cuando su familia biológica no puede atenderlo correctamente. Debe quedar claro que el acogimiento familiar no es adopción.

A pesar de que ambas alternativas consisten en que el niño se integre en una familia que no es la biológica, la diferencia la encontramos en que con el acogimiento familiar el menor mantiene un contacto con su familia de origen, por lo que sigue habiendo vínculos. Por otro lado, en la adopción la familia biológica no tiene ese contacto, por lo que los padres adoptivos son sus padres legales.

Otra diferencia es que, cuando un niño es adoptado judicialmente, no volverá con su familia de origen, caso que sí se puede dar con el acogimiento familiar.

Como ya hemos visto antes, sí que tienen un vínculo. Suelen tener visitas con ellos, normalmente con sus padres y hermanos, aunque también pueden ser con abuelos, tíos... siempre bajo la supervisión necesaria del equipo de acogimiento y que se comprueben que éstas no perjudiquen al niño o niña.

Volverán si su familia tiene los medios necesarios para poder atenderlos y cuidarlos adecuadamente. Si esto no ocurre, no podrán volver pero sí mantener contacto con ellos.

No tiene porque producirse un contacto, manteniéndose al mismo tiempo la privacidad entre ambas. Se precisará o no la conveniencia del contacto y su frecuencia, dependiendo del consentimiento de la familia acogedora, que no resulte perjudicial para el menor y que se entorne adecuado para la familia de origen.

Las edades de ellos abarcan desde recién nacidos hasta jóvenes de 18 años, cuya situación familiar impide atenderlos adecuadamente, y no pueden ser acogidos por la familia extensa del menor. Además de estos niños, también pueden ser otros que se encuentran en centros de acogida residencial y se les quiere encontrar un marco de convivencia más normalizado y que atienda mejor a sus necesidades especificas de forma individualizada.

Desde recién nacidos hasta 18 años, aunque las edades suelen ser:

- Para acogimientos de corta duración (aproximadamente 6 meses), niños de 0 a 6 años

- Para acogimientos de larga duración, de 6 a 13 años.

Depende de la modalidad de acogimiento, es decir, según sus necesidades. Puede estar desde unos meses hasta que alcance la mayoría de edad o su emancipación.

Sí, puede ser familia acogedora un hombre o una mujer que vivan solos, no es necesario ser pareja o matrimonio.

En cualquier tipo de acogimiento en los que intervenimos los niños y sus familias acogedoras cuentan con el apoyo de profesionales especializados, que realizarán este trabajo, tanto antes como durante y después del proceso de acogida.

Por otro lado, también existen ayudas económicas por parte de la Junta de Andalucía para los gastos que el menor genera en el tiempo que allí se encuentre.