Celos

  • A veces, el comportamiento habitual del niño o niña sufre modificaciones. En ocasiones, cuando no utilizaba el chupete lo vuelve a pedir, cuando ya controlaba sus esfínteres vuelve a hacerse pipí encima o en la cama, o incluso pueden aparecer conductas más agresivas de lo que era habitual.

  • Este tipo de conductas ya superadas constituyen lo que se denomina regresión de conducta. Es como volver atrás, como si quisiera volver a ser más pequeño y por ello manifiesta retrocesos en conductas que ya tenía adquiridas.

  • Frecuentemente estos cambios se asocian a los celos. Por regla general, los celos se producen por alguna circunstancia que conlleve una vivencia de pérdida de la afectividad y la atención recibida hasta aquel momento.

  • Hay que tener claro que una niña o un niño celoso es una criatura que sufre y que está angustiada.

  • Si llega un miembro nuevo a la familia, puede que el pequeño se sienta como un príncipe destronado y piensa que para volver a recuperar la atención, ha de comportarse como el nuevo miembro.

  • La conducta de los celos se manifestará de forma diferente: la desobediencia, el retraimiento, los cambios en la alimentación y en el sueño, la agresividad, las rabietas y las conductas de fastidio hacia el recién llegado son comportamientos que pueden manifestar celos.

  • En algunos casos, niñas o niños muy colaboradores en el cuidado del menor acogido y en apariencia nada celosos, presentan en realidad unos celos encubiertos. Generalmente, actúan y se comportan así para contentar a sus padres, creyendo que de esta manera recibirán más atención por parte de ellos. Sin embargo, cuando los padres no están delante, manifiestan conductas celosas.

  • Es importante que conviene que el niño o niña pueda expresar los celos, ya que si son reprimidos o se ridiculiza al niño o niña que los manifiesta, pueden llegar a convertirse en patológicos.